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Shangri-la, Xianggelila o Zhongdian

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Por estas fechas hace un año que realizamos el viaje por las tierras del Sur de China: Yunnan. Después de visitar Kunming (con su bosque de piedra Shilin), Dali, Lijiang, la última parada fue Shangri-La… y por alguna razón, nunca he escrito sobre ella… así que ahora toca hacerlo :)

¿Shangri-La?

Ahora direis… ¿eso no era de un libro? o ¿Eso no es una cadena de hoteles?

Pues sí y sí. Ambas respuestas son correctas. Shangri-la era una tierra ficticia que aparece en el libro de James Hilton de 1933 llamada Lost Horizon (Horizontes Perdidos en castellano), donde un veterano de la Primera Guerra Mundial, Hugh Conway, encuentra su paz interior. Pues bueno, ya que este lugar molaba mucho, y no existía, algún que otro avispado oficial chino pensó que como seguro que atraía mucho turismo, sería una buena idea «hacerlo existir». Así, en el 2001, buscaron un lugar que se pareciera a la descripción de la novela (es decir entre montañas, con un monasterio gigante, y cercal del Tibet) y encontrar este lugar: Zhongdian (中甸), que rebautizaron con el sonoro nombre de Xiānggélǐlā (香格里拉), fonéticamente Shangri-La en chino. Además, según he visto por ahí, encima tiene otro nombre, Gyelthang en tibetano.

Y sobre el hotel, supongo que pensaron que sonaba bien como marca de hoteles de lujo…

¿Cuáles son las 3 cosas que se pueden hacer en Shangri-La?

1. Visitar el templo de Sōngzànlín (松赞林寺).

Este monasterio quizá sea la razón por la que visitar Shangri-La. Se encuentra a 5 km del pueblo de Zhongdian, y engloba innumerables templos y residencias de monges en su interior. Se trata del mayor templo tibetano en Yunnan, y el mayor monasterio del sur de China. El templo principal está siendo «restaurado» a la china, es decir, demolido completamente y vuelto a construir.

La razón que dan es que el monasterio original era de madera, y que ahora «les están construyendo uno mejor de cemento que durará muchos siglos»… La razón verdadera es que en China no le dan ningún valor a la antigüedad de las cosas, de ahí que un país con miles de años de historia, al final tenga todos los monumentos que parecen prefabricados.

Y las maderas originales del templo acaban todas apiladas con su destino en las estufas de las residencias de los monges…

Las dos templos adyacentes al que se encuentra en construcción se pueden visitar, y en ellos se explica la vida de Budha en imágenes… menos mal que teníamos al guía que nos lo fue explicando poco a poco, aunque de poco sirvió porque un año después, se me ha olvidado casi todo.

No se pueden hacer fotos dentro, aunque conseguí tomar una de cómo era el templo originalmente… cabe decir que más o menos lo van a dejar parecido.

El guía, precisamente, era el que nos proporcionaba el hotel donde nos quedamos una noche, el Songtsan Retreat, que está justo al lado del templo. Es una buena opción si lo que queréis es tranquilidad, naturaleza y aire limpio…

2. Visitar el pueblo.

Vale, es un poco turístico, sobretodo porque un pueblo al que han cambiado el nombre para atraer el turismo no podría ser de otra manera, pero vale la pena pasar al menos un día pateandolo.

Tenemos la plaza central, donde ponen unos puestos con pinchitos muy buenos…

Plaza polivalente… en la que por las tardes se ponen a bailar…

En el pueblo también se puede visitar otro templo… el Guishan, con su rueda de oración gigante que se ve en todo el pueblo… rueda «milenaria» que instalaron el año 2002…

Lo mejor del pueblo es que se encuentran los «lugareños» con sus trajes tradicionales… aunque puede que lo hagan por atraer el turismo, creo que más bien lo hacen porque son como visten normalmente en su etnia porque habían muchas mujeres vestidas con estos trajes fuera de lugares turísticos.

3. Visitar los alrededores de Shangri-La

Es sencillo viajar alrededor. Desde algunos hostales organizan viajes, e incluso te buscan un coche para ir donde quieras.

Una de las mejores excursiones es a las terrazas de piedra calcárea de Baishui (literalmente «Agua Blanca»).

Aunque al llegar al pueblo parece que nos hayamos equivocado… y al subir para visitarlas parece que no valen mucho la pena….

Al llegar, la vista es impresionante…

Esta excursión ya vale la pena para pasar medio día, pero nosotros decidimos seguir adelante e intentar visitar el «desfiladero del tigre saltador» (Tiger Leaping Gorge), excursión que se hace normalmente desde Lijiang y que mucha gente la hace andando…

El camino hacia allí está muy bien, aunque con un poco de curvas… pero la vista de las montañas vale la pena.

Pero no pudimos hacerlo. El año pasado hubieron unas «lluvias bíblicas» que se llevaron por delante unas cuantas carreteras… y bueno, lo vimos en directo…

Así que tuvimos que volver por donde habíamos venido.

Y aquí se acaba el viaje de Yunnan. Si lo vais a visitar, disfrutadlo.

Diarios de Yunnan (V) – Lijiang (丽江)

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Ostras, Pedrín, 20 días sin escribir… y no es que se me haya olvidado que tengo un blog, es que, entre pitos y flautas, el tiempo ha pasado volando… así que retomemos la actividad, ya de vuelta en Shanghai tras unos «días» de asueto por tierras ibéricas.

Qué, os pensábais que os habíais librado del viaje de Yunnan, verdad? Pues no, estábais equivocados… aquí vuelven… iré metiendo información de viajes de tanto en tanto. Luego bastará con mirar la categoría de Viajes, para verlos todos juntos.

Lijiang

Lijiang es uno de los lugares más visitados de China (esta estadística me la he sacado de la manga, pero seguro me equivoco de poco) y se nota. Se puede llegar en avión directamente ya que hay un aeropuerto cercano (aunque suelen ser caros los vuelos) o, si estamos haciendo la ruta, desde Dali o Shangrila en autobús, que tarda unas 4 horitas por unas carreteras bastante aceptables y un paisaje increíble, así que no se os hará pesado. También es posible ir en tren desde Dali, y tarda sólo 1h30, pero nos dimos cuenta tarde porque la línea es muy nueva y no sale en las guías, así que si estáis planeando el viaje, tened el tren en cuenta.

Cuando hablamos de Lijiang me refiero a la zona antigua, o Gucheng, ya que como todas, también hay una ciudad nueva al lado que no tiene nada emocionante, si descontamos el Mao gigante desde donde se alquilan bicis.

La ciudad antigua fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 1997, y desde entonces no ha parado de convertirse en un parque de atracciones (aunque, no me malinterpreteis, aún vale la pena ir a visitarlo). La ciudad fue devastada por un terremoto en 1996, donde muchos de los grandes edificios que se habían construido en la ciudad antigua cayeron. Las autoridades, tras darse cuenta que las construcciones tradicionales de madera parecía que resistían más, decidieron reconstruirla con este tipo de edificaciones, lo que ayudó a que la UNESCO le diera la etiquetita… y que el Banco Mundial le diera algunos durillos.

Ahora, todos los edificios del centro histórico tienen la misma pinta, con los típicos tejados grises, y la vista desde Lion Hill, la pequeña colina al lado de la ciudad, es así…

Y aquí aquí un poco más cerquita…

Lo mejor de Lijiang es que es muy agradable perderte por ella, sin coches ni polución, está llena de restaurantes y terrazas, farolillos rojos, casas bajas, etc… además de estar muy limpia.

Y si buscas, se puede encontrar aún la China auténtica, como en los mercados…

…de verduras, o los de carne… aunque no creo que compréis nada allí.

e incluso puestos con bichos… pero creo yo que están más bien dedicados a turistas que a locales…

También se encuentra a mujeres lavando en los canales y en los pozos, porque toda la ciudad está surcada por estos canales con agua bastante limpia (aunque más clara cuanto más arriba de la ciudad que por abajo…)

Te puedes encontrar también cómo lavan a un bebe en medio de la calle.

Y visitar, se puede ir al estanque del dragón negro (heilongtan, 黑龙潭), desde donde se puede ver la gran montaña nevada justo detrás del lago, ahí donde en la foto hay unas nubes muy espesas.  Es gratis si teneis el ticket de 80 rmb (unos 9 euros) que hay que pagar por entrar a Lijiang y que permite acceder a varios lugares de la ciudad, pero que nadie compra. Este ticket sólo se pide al entrar en estos lugares determinados, como este, o en los frescos de  Baisha que explico luego, así que quizá valga la pena comprarlo al entrar aquí y así ya lo teneís.

Lo malo de Lijiang es que hay cosas que no son tan emocionantes, como por ejemplo…

Las millones de personas por las calles… incluso de noche.

que sólo haya tiendas de souvenirs, una al lado de otra…

con lo que no queda ni una auténtica, y las abuelas también se han tenido que reciclar y vender colgantes

y muchas mujeres locales, al no tener tienda, se dedican «a cargar», o en grupo para una obra…

o individualmente… a veces llevan bultos más grandes que ellas.

Al segundo día, si lo encontrais poco auténtico y quereis escapar, una ruta típica es alquilar una bici en la plaza de Mao  (un par de euros todo el día la bici básica) y pirarte a Baisha y Shuhe. Te dicen que está al lado, pero a menos que os lo tomeis muy en serio, será una horita de pedaleo más o menos, entre lo que os perdeis y os reencontrais…

Baisha es mucho menos turístico, y aunque también podreis comprar souvenirs, no tiene nada que ver. Es como estar en medio de la naturaleza…

Lo más famoso a visitar allí son unos frescos (de los que no dejan hacer fotos) y se mantienen en su estado original (todo un logro en este país). Más explicación en el cartel en inglés a la entrada del complejo, descrito en el más puro estilo estilo chino, descrito magistralmente por chinochano. Por cierto, os pedirán el ticket que hay que comprar al entrar en Lijiang  que he explicado antes para entrar al estanque del dragón negro, así que no lo olvideis.

De ahí podéis ir a Shuhe, unos 10 – 15 minutos en bici, pero intentad evitar el pago de la entrada, porque no os quedaréis mucho tiempo. Para no pagar, cuando lleguéis al final de la carretera desde Baisha y tengáis que decidir si tirar a la izquierda o derecha, tirad hacia la izquierda y luego todo el tiempo hacia la derecha… pasad la puerta sin mirar, nadie os pedirá el ticket. Shuhe es, básicamente, un Lijiang en miniatura, y os lo acabareis enseguida. Y sí, también están las tiendas de souvenirs pegadas unas al lado de otras…

Y se acabó… a disfrutar el paseo de vuelta con las vacas, los campos, y los fotógrafos de bodas…

Dónde dormir?

Pues la verdad es que no os faltará sitio donde quedaros, así que si no encontrais nada online interesante no os estreseis que allí habrá donde escoger.

Nosotros nos quedamos en The Téa Sun Deck… que por poco más de 30 euros está muy bien. El manager Kevin habla muy bien inglés y se deshará en atenciones, y tendréis una chica en el hotel que os ayudará en cualquier cosa que necesitéis. Si teneis mayor presupuesto, tienen otra hotel en Lion Hill, con suites de vistas espectaculares por unos 100 euros.

Aquí van las fotos con las vistas desde nuestro hotel Sun Deck…

y desde Lion Hill.

Diarios de Yunnan (IV). Dali (大理)

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Dali es la siguiente parada de la «famosa» ruta yunnanesa de Kunming a Shangrila.

Cómo ir a Dali

Hay cuatro formas para ir desde Kunming… nada nuevo bajo el sol, pero hay que tenerlo un poco en cuenta para planear el viaje si no se quiere perder una mañana por Kunming buscando la mejor opción.

  • Tren. Hay un par de trenes nocturnos entre ambas ciudades todas las noches, con plazas sentadas y con literas. Tarda casi 8 horas (desde las 22.30h a las 7h más o menos) pero el problema es que según las fechas es dificil encontrar billete. Mirad el cartel de la estación… El día 19 fuimos a comprar el billete para el 21… y hasta el día 29 todo a 0, ni una plaza. Quizá porque era julio y los niños tenían vacaciones, o porque la peña compra billetes para revenderlos, no había manera de encontrar uno. Además, al contrario de lo que nos habían dicho, sólo se podía comprar en la estación, porque el millón de agencias de viajes de alrededor sólo te vendían billetes de avión y los hoteles no ayudaban mucho tampoco. Así que no sé muy bien qué consejo dar… sólo que conteis que quizá no encontréis billete de tren. Aparentemente (según la Lonely Planet) hay un tren matutino, pero no lo encontramos…

  • Autobús. Esta es la opción más popular entre los turistas, sobretodo mochileros. Aunque tendría que tardar unas 4h porque está a algo más de 300 km, aparentemente se tarda unas 7 porque la carretera está de obras. También hay autobuses nocturnos con literas, que quizá sea una buena alternativa. Los billetes no se compran donde dice la Lonely Planet si no desde una estación cerca de la Exposición de flores, en las afueras. El bus a Dali cuesta sobre 10 euros por barba.
  • Avión. Pues aunque estén cerca ambas ciudades, hay varios vuelos entre ellas. Al final no nos cuadraba mucho el autobús (vamos, no me apetecía pasarme toda la noche en la carretera, o perdernos todo un día de viaje) y nos decidimos por esta opción. Un avión a las 22h, después de volver de Shilin, y luego taxi que compartimos con una familia y que nos organizó el hotel… El avión sale por unos 70 euros, bastante más que el bus, pero todo es cuestión de prioridades y del tiempo que tengas para viajar.
  • Alquilar coche. Si no habéis convalidado (o lo que haya que hacer) vuestro carnet con el chino, alquilareis el coche con conductor. Esta opción está bien si sois bastantes y quereis pasar por otro lugar de camino y tener libertad para parar donde os de la gana, pero para ir de A a B no vale la pena porque resulta más caro y la carretera es la misma.

Por tanto, si lo que quereis ir a Dali y Kunming no vais a pasar nada de tiempo, mejor os pillais el vuelo directo a Dali, que para el caso…

¿Y en Dali qué hay?

La Dali que hay que visitar es la ciudad antigua. La nueva se llama Xiaguan (下关) aunque normalmente le llaman también Dali y puede uno acabar en el lugar equivocado.

Lo mejor de Dali es que aún no está muy explotada. Los turistas están en cuatro calles, donde te puedes encontrar las señoras con sus vestidos tradicionales ofreciéndote un poco de smoke que crece por los alrededores…

y el resto de la ciudad antigua está aún regentada por los locales que hacen su vida como siempre, con sus mercados…

y «arregladores de paraguas»…

y camiones tuneados…

y hasta aquí de la ciudad, en un día ya os podéis hacer una impresión de ella, no necesita mucho más tiempo.

No obstante, lo mejor está fuera de los muros.

Dali está entre un lago gigante, el Erhai hu, y unas montañas bastante altas. El lago se puede navegar con unos barcos gigantes que salen desde Xiaguan (para esto no tengo ningún consejo porque nos lo saltamos), y a las montañas se puede subir andando o en caballo para los más aventureros…

o en teleférico o telesilla ya que hay uno de cada…

y son bastante largos, se tira casi media hora subiendo y no se ve el final hasta casi llegar…

y arriba del todo os encontraréis un templo un poco cascado, el Zhonghe sì (中和寺)…

y lo mejor, un paseo a través de las montañas de varios kilómetros de longitud (creo que se llama «Paseo de las Nubes» o algo así). Intentad hacerlo entero y bajad por el otro medio de tranporte (es decir, si subís con el telesilla, bajad con el teleférico, o viceversa). Tardaréis algunas horitas en hacerlo, así que id con tiempo que cierran a las 18h.

Y si lo planificais un poco y sois deportistas (o pirados) es posible subir aún más hasta un pico a 4000 metros de altura, eso sí, a pie. Como referencia el templo está a 2700 metros y Dali a 2000.

Otra cosa que visitar en Dali son Las Tres Pagodas

y el templo ChongSheng… Aquí veis el templo completo, visto desde arriba de la montaña; las tres pagodas estarían a la derecha, pero no cabían en la foto…

Es todo un solo complejo y un poco tourist trap con su entrada de más de 12 euros (mitad de precio con tarjeta de estudiante) y los millones de grupos de turistas, pero vale la pena entrar (por mucho que el del hostal os ponga cara rara porque los mochileros normalmente se lo saltan). El complejo del templo es gigante y os pasareis un buen rato subiendo. Las pagodas son originales y tienen más de mill años. El templo, no obstante, está completamente restaurado (aka hecho de nuevo) en el 2005, así que más bien estais viendo una representación de cómo era… como casi todo en China.

Lo bueno (por encontrar algo positivo) de esta restauración es que los colores son muy vivos y todo está muy limpio…

Y para acabar (que me está quedando esto muy largo) quizá una buena opción es visitar algún pueblo menos turístico. Un pueblo cercano con un mercado tradicional es Xizhou (喜洲). Ahí podréis ver a gente de la minoría Bai con sus trajes tradicionales vendiendo todo tipo de productos.

Encontrareis pocos turistas, aunque siempre os podeis econtrar a algún local con la camiseta de la Selección Española…

Para llegar allí podeis coger un autobús azul que está delante de la puerta del oeste en Dali por 4 RMB (poco más de 40c de euro), aunque quizá tengais que esperar un rato porque no sale hasta que se haya llenado.

¿Y dónde se puede dormir?

Bueno, hay varios hostales, pero yo recomendaría el Lilypad. Está justo fuera de la ciudad pero muy cerca, por lo que no hay mucho ruido. Está muy limpio y tanto la dueña (Erin) como el «chef» francés, Ben, os ayudarán en todo lo que necesiteis y os prepararán una cena estupenda. A nosotros hasta nos fueron a buscar al supermercado un vino de Shangrila que era, según Ben, el mejor vino chino que había probado hasta entonces, y por solo 4 euros.

Las reviews del Tripadvisor no son exageradas, y no os malfieis porque el precio de una habitación doble con baño sea de sólo 10 euros… están muy bien (para ser un hostal, tampoco os espereis el Ritz).

Diarios de Yunnan (III). Shilin, el Bosque de Piedra

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Con este nombre de cuento de los hermanos Grimm, Shilin (石林) o el Bosque de Piedra en castellano, nos encontramos con una de las zonas más increíbles (y explotadas turísticamente) de Yunnan. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y los chinos han aprendido que estas cosas se pagan bien (cuesta casi 20 euros entrar, más que la Expo), además de atraer a millones de visitantes (sobretodo chinos y en grupo). Mucha gente (sobretodo mochileros que nos hemos encontrado que llevan 6 meses dando vueltas) lo considera un  «tourist trap» y no va, pero creo yo que vale la pena ir a visitarlo, y quedarse un día en Kunming para venir aquí no es tan mala idea.

Se trata de una formación karstica (creo que en castellano se dice de piedra caliza) de varios km2 de extensión. Estaba bajo el mar durante varios miles de años hasta que dejó de estarlo (como todo en la vida), y gracias al viento y la lluvia se han creado unas formas muy espectaculares, que haría las delicias de mi profesor de ciencias naturales de EGB.

Está a poco más de 100 km de Kunming, por lo que es posible ir y volver en el día. Se va en autobús desde la estación del Este, que está a tomar por saco del centro (aquí la Lonely Planet tampoco se luce mucho porque no se coge [aquí más de uno de la audiencia latinoamericana del blog se estará partiendo de risa] desde donde dicen ellos). Para ir a esta estación se puede ir en autobús (uno de línea) desde cerca de la estación del tren (lo cogimos para volver) o en taxi por poco más de 4 euros (no parece mucho, pero es más o menos lo que cuesta el bus a Shilin, por lo que relativamente es una pasta). Hay buses cada media hora a Shilin, por lo que no os estreseis por llegar muy pronto.

Una vez allí os pedirán los 175 RMB (casi 20 euros, como ya he dicho) por barba, aunque si teneis tarjeta de estudiante os pueden hacer descuento (tampoco demasiado, unos 6 euros) que podéis utilizar para coger una guía, que están todas esperando al lado de la entrada con sus traje tradicional (o uniforme de trabajo, según se mire).

Nosotros pasamos de guía y nos dedicamos a perdernos por ahí porque no teníamos mucho tiempo (la visita guiada son 3 horas), pero aquello es gigante y si vais con tiempo quizá no sea una mala idea ir con una y que os lleve en coche a otro lado.

Nada más entrar está el «bosque pequeño», que es un paseo no muy largo con un millón (por lo menos) de personas haciendo la misma ruta y haciéndose fotos en los mismos sitios… así que os la podéis saltar.

Así que tirad hacia el «bosque grande». Lo mejor de este lugar es perderse. Aunque haya millones de turistas (que los hay) también es posible encontrar sitios sin nadie ya que, como dice la regla de oro del viajero (otra aplicación del Principio de Paretto), el 80% de la gente está en el 20% de los lugares. Además, a los chinos les encanta hacerse fotos y posar por lo que encontrareis también a chiquitas con tacones y paraguas que no están preparadas para ir por zonas no tan transitables… (esta teoría se la he robado a Susana y va gratis para el estudio del PP de Baleares, no hace falta que nos paguen 12,000 euros: A las chinas les gusta hacerse fotos con modelitos en sitios muy turísticos).

Así que te puedes perder (literalmente, hubo un momento en el que no sabíamos volver) por los caminos laberíticos que están creados a través de las piedras y no encontrarte a nadie durante un buen rato. Y es posible ver paisajes como estos…

Eso sí, tened cuidado no os despistéis o volveréis a encontraros rodeados de millones de turistas!

Y algunos incluso os pedirán hacerse una foto con vosotros… aunque los que tengan las plumas en la cabeza sean ellos…

Diarios de Yunnan (II). Kunming

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Empecemos a contar el viaje por tierras del Sur tras la introducción del otro día.

Para viajara a Yunnan desde Shanghai lo más normal es volar a Kunming, ya que los vuelos tienen un precio más razonable. Nosotros volvimos a utilizar Spring Airlines ya que al comprarlo una semana antes del viaje los precios del resto de aerolíneas era un poco exagerado (eso de esperar a último momento a ver si bajan los precios no parece que funcione siempre). No se va mal con esta aerolínea (ya lo conté aquí), pero te sigues tragando la explicación del libro de objetos chorras que venden en el avión durante todo el viaje (aparentemente esto lo hace Ryanair también en Europa últimamente). Quizá utilizar Spring Airlines para Kunming no sea la mejor opción ya que además de la chapa, se para durante una hora en Changsha (aunque no hay que bajarse del avión, al más puro estilo autobús).

Como comentario importante sobre Spring Airlines, si queréis comprar un vuelo con ella tendréis que ir a su web directamente, porque no aparece en los canales tradicionales como CTRIP o Travelzen. No es muy popular con los extranjeros, dos veces que hemos volado, las dos veces eramos los único no-chinos.

Bueno, pues una vez en Kunming hay dos opciones. O te quedas un par de días o te vás enseguida. Nosotros nos quedamos, a ver qué tenía que ofrecer una ciudad de casi 7m de personas… y como era de esperar, no demasiado.

Algunas cosas que se puede visitar en un día en la ciudad:

  • Templo Yuantong, con más de 1000 años (aunque muy restaurado) de historia.

  • con los monjes en la puerta dando consejos

  • Aconsejo (ya me parezco al monje) comer en el restaurante vegetariano que está al lado, Yuquanzhai (la Lonely Planet dice que está enfrente, pero está al lado, y casi nos lo pasamos).

  • Lo mejor de este restaurante es que presentan todos los platos como si fueran de carne, como estas brochetas de cordero, pero no lo son… El queso de cabra que aparece en la foto sí era queso… y muy bueno, la verdad.

  • Jardines Cuihu, cerca del templo. Es básicamente un gran lago y muchos puentes, y bastante tranquilo para lo que son los parques en China.

  • Podrás encontrar abuelos haciendo Tai Chi

  • Luego se puede ir andando al  barrio musulmán con su Mezquita Nancheng de cartón piedra (o más bien centro comercial en que han convertido este barrio porque queda poca cosa auténtica)

  • Está todo lleno de puestos rollo feria, entre los que se encuentran algunos de comida local.

  • Aunque mejor la calle paralela con las tiendas locales. 4 días le quedan…

  • Y finalmente se puede llegar a las dos pagodas… la del este

  • y la del oeste (una a cada lado de otra calle muy comercial y restaurada)

Pues esto es lo que dio tiempo a visitar en un día, y por lo que me ha comentado otros «viajeros», no nos dejamos muchas cosas por ver.

El día siguiente salimos de Kunming y nos fuimos a visitar Shilin (石林) que literalmente quiere decir «bosque de piedra», por lo que ya os podéis imaginar de qué va. Pero esto ya lo explicaré en la próxima entrada, que esta ha quedado ya larga…

Diarios de Yunnan (I), la nube del sur

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Ya estamos de vuelta. A qué parece que no nos hayamos ido de vacaciones 10 días? Gracias a la magia de WordPress las entradas seguían llegando aunque, eso sí, no estaban muy relacionadas con el viaje.

Pues sí, hemos estado 10 días por Yunnan, al sur de China, tan al sur que incluso lo lleva en su nombre: nan (南); la primera parte, Yun, significa nube (云), de ahí lo del título… no es que me haya añoñado en China.

Para los que no sepan nada de esta provincia, haré un poco de resumen: Yunnan tiene unos 45m de personas (más o menos como España), 400 mil km2 de extensión (algo así como España sin Andalucía ni Murcia) y tiene frontera con Birmania, Laos y Vietnam, de los que tiene muchas influencias, sobretodo en el sur (que quedará para otro viaje porque en este no dió tiempo). Además algo así como un tercio de la población no es de minoría (o mayoría) Han, que representa, en el resto de China, más de un 90% (los Han son los que normalmente todo el mundo identifica como chino, otras minorías tienen rasgos algo diferentes). Estas minorías, sobretodo las mujeres, suele vestir con trajes tradicionales, muy coloridos.

Es una provincia muy montañosa y con una gran biodiversidad. A principios de año sufrió una grave sequía, pero tras las últimas lluvias este verano (muchas de ellas mientras estábamos allí) se ha recuperado… quizá demasiado.

Nuestra ruta ha sido: vuelo a Kunming y desde ahí a Dali, luego Lijiang y por último Shangrila (Zhongdian en chino), y vuelta a Shanghai directo desde allí.

A lo largo de los siguientes días iré explicando cada uno de estos sitios y subiré algunas fotos, pero hoy lo dejamos aquí…

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